sábado, 19 de febrero de 2011

Me he ido temprano, para no tener que verte. Así son más fáciles las despedidas. Te he dejado en un cajón las llaves. Ya no las voy a necesitar. He recogido todo lo que pueda hacer que me recuerdes. Desde los post-it hasta los helados de caramelo. Te he congelado unas pizzas por si te apetecen para cenar. En el móvil sigue estando esa grabación. No, no se me ha olvidado borrarla. La he dejado por si no te acostumbras a mi ausencia. Me he llevado tus sudaderas, la verde y la roja. Es que, como tu dijiste, son más mías que tuyas. Huelen a mi. Espero que no te moleste. No intentes llamarme o buscarme. Es tarde ya. Lo nuestro era monotonía, costumbre. Se acabó la magia. Las sonrisas de buenos días amor y los mensajes con te quiero. Piensa en positivo, ya no tendrás que comprar un armamento de pañuelos para poder llevarme al cine. Ahora podrás fumar sin esconderte. O afeitarte todas las mañanas sin escuchar como te digo que me gustan más las barbas de dos o tres días. No te olvidaré, pero tampoco te recordaré. Sabes que necesito que me motiven cada día para no cansarme de las cosas, para no aburrirme y sentirme viva. Si no sabes que decir cuando te pregunten por mi, diles que me he ido una temporada con mi hermana. Porque a ti siempre te ha importado el qué dirán y si les cuentas que me fui una mañana sin despedirme, antes que te despertaras, serás la comidilla de todo el pueblo.
Quizás nos volvamos a encontrar y surja la magia de nuevo o quizás ya estés con alguien y yo siga perdida. Quien sabe. Pero mientras tanto ... me voy, que acaba de llegar el taxi.


3 comentarios:

  1. Has hecho que se estremezca cada célula de mi cuerpo. La tristeza reside en cada sílaba, en cada rincón. Yo también quiero que un taxi me lleve a una estación de tren e irme. Sí.

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  2. Yo ahora mismo no espero ningún taxi de ese estilo, pero asumo que algún día quizá lo tenga que cojer, sin decir adiós, a mi tampoco me gustan las despedias.

    Si es lo que se quiere, hay que hacerlo, sufrirá, pero como bien has dicho, quién sabe, a lo mejor, en otro momento, otras circustancias vuelva a tu vida, y con él vuelva la magia :)

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  3. Que triste amiga, rezuma tristeza por cada poro...

    No sé, ¿y si dejas pasar el taxi y esperas?...siempre hay tiempo para volver a llamar otro y siempre hay taxis disponibles.. se me ocurre algo... alquila una habitación de hotel, vete de compras, de fiesta, come mucho y bien, bebe, lo suficiente para estar lucida pero alegre, baila, disfruta, viaja, y si después de todo eso, quieres llamar al taxi, yo misma te marco el número.. ¿si?..y a vivir que son dos días...

    Besazos con magia

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