martes, 25 de octubre de 2011

Y ahora, si te tuviese enfrente, estoy segura de no lo volvería a repetir. Ni siquiera te regalaría una mirada, y aún menos verías el destellos de mis dientes sobre la barra del bar.
Será que la conciencia borra las ganas. O quizás es que la madurez me hacen ver las cosas claras.
Aunque lo de verte es relativo...¿cuánto tiempo que no respiramos el mismo aire?
aiins...la verdad es que te echo de menos...y lo más gracioso es que tu no lo sabes...

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