No te enamores de mi, dijo tras unos minutos de silencio. Que podría decirle. No tenía razones, o al menos no aptas para contarlas. Solo sabía que aquello terminaría como siempre: con un corazón roto y lleno de arañazos. Pero él no quiso hacerle caso.
Cuando a la sordera la acompañan los ratones que le comieron la lengua al gato.
ResponderEliminarUn abrazo,
Alejo Z.
Hay mensajes hacen que nuestro cerebro tiende a la contradicción, siempre, pero siempre, y este es uno de ellos.. cuando alguien te mira a los ojos y te dice "No te enamores de mi", es exactamente igual que cuando alguien te planta este cartel delante:
ResponderEliminar"No lea este cartel"..
...ya es demasiado tarde...
Besos duros de oído ;)
Si llegas a decir eso también sabes que es tarde para que se cumpla.
ResponderEliminar