lunes, 14 de marzo de 2011

No te enamores de mi, dijo tras unos minutos de silencio. Que podría decirle. No tenía razones, o al menos no aptas para contarlas. Solo sabía que aquello terminaría como siempre: con un corazón roto y lleno de arañazos. Pero él no quiso hacerle caso.

3 comentarios:

  1. Cuando a la sordera la acompañan los ratones que le comieron la lengua al gato.
    Un abrazo,
    Alejo Z.

    ResponderEliminar
  2. Hay mensajes hacen que nuestro cerebro tiende a la contradicción, siempre, pero siempre, y este es uno de ellos.. cuando alguien te mira a los ojos y te dice "No te enamores de mi", es exactamente igual que cuando alguien te planta este cartel delante:

    "No lea este cartel"..

    ...ya es demasiado tarde...

    Besos duros de oído ;)

    ResponderEliminar
  3. Si llegas a decir eso también sabes que es tarde para que se cumpla.

    ResponderEliminar